El Tribunal Supremo de Rusia ha prohibido hoy el movimiento LGBT en el país al considerarlo una «organización extremista», según lo solicitado por el Ministerio de Justicia. No se especificó si este fallo afectará a individuos u organizaciones específicas en Rusia.

El juez dictaminó que el movimiento público internacional LGBT y todas sus subdivisiones serán reconocidos como una organización extremista y se prohibirán sus actividades en el territorio de Rusia.

En un comunicado en el que el Ministerio de Justicia anunció una demanda presentada anteriormente, afirmaron que las autoridades habían identificado «señales y manifestaciones de naturaleza extremista» por parte de un «movimiento» LGBTQ que opera en Rusia, incluyendo la incitación a la discordia social y religiosa.

Sin embargo, no se presentaron detalles ni pruebas específicas. En su fallo, el tribunal declaró al «movimiento» como extremista y lo prohibió en Rusia.

La audiencia tuvo lugar sin la presencia de los acusados y se llevó a cabo a puerta cerrada. Varios defensores de derechos han resaltado que la demanda iba en contra del «movimiento LGBT internacional» en general, el cual no es una organización específica, sino una categoría amplia y ambigua que podría permitir a las autoridades rusas perseguir a cualquier persona o grupo que se considere parte de dicho «movimiento».

El Ministerio de Justicia, quien presentó la demanda, informó que se identificaron comportamientos considerados como «tendencias extremistas» en las acciones de este grupo, abarcando la promoción del odio tanto en el ámbito social como religioso.

En noviembre de 2022, la Duma (cámara de diputados) ratificó una legislación que vetó por completo la promoción LGBT, la pedofilia y la modificación de género.

Adicionalmente, en junio se restringieron las intervenciones quirúrgicas de modificación de género, lo que generó una considerable inquietud dentro de la comunidad transexual.

La decisión del tribunal supremo es el último avance en la opresión de los derechos LGBTQ+ en Rusia que inició hace diez años bajo el mandato de Vladímir Putin, quien ha convertido los «principios familiares conservadores» en el pilar fundamental de su gobierno.