A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024, el papel de los votantes religiosos se perfila como un factor crítico que podría influir en la contienda entre el presidente Biden y el expresidente Donald Trump.

A lo largo de la historia de Estados Unidos, la religión ha influido constantemente en las elecciones presidenciales, desde la revolucionaria presidencia de John F. Kennedy como el primer presidente católico hasta el surgimiento de movimientos influyentes como la Mayoría Moral y la Coalición Cristiana.

Los datos de las encuestas recientes revelan una tendencia significativa. El presidente Biden va por detrás de Donald Trump entre los votantes que asisten regularmente a servicios religiosos, un fenómeno que se extiende más allá de la base de apoyo tradicional de los cristianos evangélicos.

Este cambio pone de relieve una creciente coalición de votantes con motivaciones religiosas que apoyan a Trump, en muchos casos impulsados por sus políticas conservadoras.

"Cada vez está más claro que el atractivo del presidente Trump entre los votantes religiosos se está expandiendo", observó Nathan González, de Inside Elections. "A medida que nos acercamos al día de las elecciones, cada voto, en particular de los votantes religiosos, será crucial".

Trump ha enfatizado estratégicamente la libertad religiosa y las políticas provida, presentándose como un defensor de los valores tradicionales estadounidenses. "Debemos proteger la libertad religiosa, defender la libertad de expresión y defender la santidad de las vidas inocentes", ha reiterado Trump en discursos recientes, resonando con fuerza entre las comunidades religiosas.

Jay Richards, académico de la Heritage Foundation, destaca la creciente división en cuestiones religiosas.

"A pesar de su adhesión externa al catolicismo, Joe Biden se mantiene firmemente a favor del aborto, lo que sigue alienando a muchos votantes con inclinaciones religiosas".

El presidente Biden, a pesar de su origen católico, se enfrenta a importantes desafíos dentro de las comunidades religiosas debido a su firme postura a favor del aborto. Esta postura ha provocado una erosión perceptible del apoyo entre los votantes católicos, un grupo demográfico fundamental en elecciones anteriores y que se inclina cada vez más hacia Trump.

"Hay un cisma innegable entre los votantes respecto al papel de la religión en nuestra nación", señala el pastor Sam Rodríguez, de la iglesia New Season. "Los partidarios de Trump se inclinan más por políticas que promuevan una mayor influencia religiosa en la vida pública"

Las votantes latinas han expresado fuertes reservas sobre el aborto. "Encuéntrame a una mujer latina que crea que es moralmente aceptable abortar a un bebé en el octavo o noveno mes, solo encuéntrame a una", dice Rodríguez. Según él, este sentimiento subraya las importantes preocupaciones culturales y religiosas de este grupo demográfico.

Las políticas de Biden en temas como la libertad religiosa y los derechos LGBTQ han suscitado inquietudes entre segmentos del electorado religioso, en particular entre aquellos que priorizan los valores familiares tradicionales. Estas posiciones políticas han profundizado aún más la polarización entre los votantes religiosos, contribuyendo a un panorama electoral más fragmentado.

El apoyo a Biden también ha disminuido entre otros grupos religiosos, incluidos los votantes judíos, tradicionalmente un bastión para los candidatos demócratas, debido a la postura de la administración Biden sobre Israel y la respuesta al creciente antisemitismo.

De manera similar, la campaña de Biden para llegar a las comunidades musulmanas, si bien inicialmente fue fuerte, se ha enfrentado a desafíos en medio de debates sobre la libertad religiosa y las políticas de seguridad nacional.

A medida que se acercan las elecciones, los analistas políticos enfatizan que la lealtad de los votantes religiosos podría determinar en última instancia el resultado. Con ambas campañas intensificando sus esfuerzos de acercamiento en la recta final, los analistas dicen que los votos emitidos por los estadounidenses religiosos ejercerán una influencia significativa, que podría inclinar la balanza el día de las elecciones.