VARSOVIA, Polonia (AP) - El primer ministro polaco, Donald Tusk, y su gobierno de coalición centrista sufrieron una amarga derrota el viernes en el Parlamento, donde se rechazó la legislación que habría suavizado la estricta ley antiaborto.

La votación fue 218-215 con dos abstenciones para rechazar el proyecto de liberalización.

Tusk y su grupo parlamentario liberal de la Coalición Cívica apoyaron el proyecto, que habría levantado el castigo actual para las personas que ayudan a las mujeres a abortar. Ahora se enfrentan a penas de hasta tres años de cárcel.

La liberalización fue un elemento clave en el programa de Tusk para revertir varias políticas del anterior gobierno de derecha que provocaron protestas masivas.

Sin embargo, algunos legisladores de la coalición gobernante —en particular la mayoría del Partido Popular Polaco, de tendencia agraria, pero también algunos otros— votaron en contra del cambio, lo que expuso las grietas en el bloque gobernante. Faltaron tres votos del propio partido de Tusk y el primer ministro enojado ha prometido consecuencias.

De los 460 escaños de la Cámara Baja, el grupo de la Coalición Cívica de Tusk tiene 157 escaños, los miembros de la coalición Tercera Vía y el Partido Agrario tienen otros 63 votos, mientras que el partido aliado izquierda aporta otros 23 votos, para tener conjuntamente la mayoría.

Los legisladores de izquierdas, que promovieron el proyecto, prometieron volver a presentarlo hasta que sea aprobado.

Sin embargo, el presidente polaco, el conservador Andrzej Duda, aliado del anterior gobierno de derechas del partido Ley y Justicia, declaró esta semana que, si se produce, no firmará la liberalización.

El aborto fue uno de los temas más polémicos en el gobierno de Ley y Justicia, que gobernó entre 2015 y 2023, especialmente después de que un tribunal especial se hiciera cargo de la prohibición de los abortos de fetos con problemas genéticos graves. Ese fallo de 2020 provocó protestas callejeras en todo el país.

Polonia, tradicionalmente católico, tiene una de las legislaciones más restrictivas del mundo sobre el aborto, y actualmente solo se permite interrumpir un embarazo si existe un peligro claro para la vida de la madre o si el embarazo es consecuencia de una violación o incesto.

El partido de Donald Tusk planteó la legalización del aborto hasta la semana 12 de gestación como una de sus principales promesas electorales, pero los nulos avances logrados hasta ahora le han valido críticas por parte del electorado y algunos compañeros de coalición.

Por el momento, se continúa trabajando en los demás proyectos de ley. Dos de ellos permitirían el aborto hasta las 12 semanas y el tercero, propuesto por la Tercera Vía, restablece el derecho al aborto en casos de anomalías fetales, volviendo a la situación anterior a una sentencia del Tribunal Constitucional en 2020.